Ayer
terminó How I met your mother, y
terminó de una manera que no a todos nos convenció. Está bien, siempre pasa
igual, a veces nos gusta el final de una serie que nos encanta y a veces
odiamos a los productores. Lo mismo pasa con los libros.
Bays y Thomas
(productores y guionistas de la serie) argumentan que desde el inicio de la
serie sabían cómo terminaría y eso se
puede comprobar en que la escena final fue grabada a principios de la primera
temporada. Y esto es de lo que quiero hablar.
No
cabe duda que los guionistas escribieron un buen final, por supuesto, si los
personajes hubiesen sido los mismos en la primera temporada que en la novena. Pero
no fue así, hubo un desarrollo de personajes, una sucesión de situaciones entre
ellos que los llevó a cambiar y reformarse una y otra vez. Y, sin embargo, el
final fue el mismo. ¿Es que Bays y Thomas se encapricharon con su “final perfecto” que ignoraron el final
ideal? ¿Es más importante un final perfecto que un final ideal?
Me
explico. Como escritor muchas veces (y con muchas
quiero decir muchas) he planificado
el inicio y el final de un relato. No es pecado ni está bien o mal, simplemente
a veces con la idea central llegan solos los inicios y los finales y nuestro
trabajo se limita a encontrar el puente que los enlaza. Entonces al llegar a
esos últimos pasos, siempre nos vamos a debatir entre nuestro “final perfecto”
que hemos pensado durante todo ese tiempo, o el final ideal.
Muchas
veces, o la mayoría de las veces, tenemos que modificar ese final perfecto y
transformarlo en un final ideal para nuestra historia, por más que nos pese, pues
ya no encaja con lo que escribimos y hasta puede que nos frustremos y pensemos “de
haber escrito éste párrafo de tal forma…”, pero no fue así, y aunque siempre se
puede cambiar la historia hay que pararnos a pensar: ¿Vale la pena reescribir argumentos esenciales para poder colocar el
final que siempre quisimos?
El cierre es
una de las partes más importantes en una historia, pues es el punto que el
lector siempre va a recordar. Tal vez no es la parte fundamental en la historia
ni sea básico en el desarrollo de la idea principal, pero siempre serán las
últimas palabras que lea el lector. Por eso estoy convencido de que aunque
tengamos una idea sobre el final de nuestro relato, siempre tenemos que
mantener una posición flexible y nunca encapricharnos a unas palabras que escribimos
días, semanas, meses, antes de que en realidad terminara nuestra historia.
¿Cuál
es el peor final que has leído? ¿Y el
mejor?
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